jueves, 29 de septiembre de 2011

El desfile de modas

El origen de la más poderosa herramienta de mercadeo de la moda, la que más seduce al público especializado y a los observadores, se remonta a los inicios del siglo XIX cuando el “padre” de la alta costura, Charles Worth, hacía lucir a su mujer-musa y a sus modelos en diferentes lugares los trajes que cuatro veces al año creaba para sus clientes; descubría así el poder de la imagen en movimiento como instrumento de deseo.
Pero fue la “costurera” inglesa Lady Duff Gordon, conocida como Lucile, la que introdujo “las paradas de modelos” y las exportó a París y Nueva York. Esta práctica la sistematizó y estandarizó al realizarla en horarios específicos durante varios días seguidos.
Hoy el desfile es la puesta en escena teatralizada de la idea o concepto que el diseñador desarrolla en su colección (que muchas veces resulta fallida). En él son importantes además de las prendas, el lugar seleccionado, su adecuación, la música, el maquillaje y los accesorios. En algunas naciones, por una miopía industrial, son muy pocos los desfiles que cuentan con una puesta en escena memorable.
El desfile sirve como instrumento de trabajo para los profesionales del sector, a los compradores les permite ver la colección que más tarde elegirán para sus tiendas; a los periodistas para seleccionar material para las revistas y para evaluar y criticar el trabajo del diseñador (cosa que aquí poco se suele  hacer por aquello de las susceptibilidades) y finalmente para que los clientes, el público y los “trepadores sociales” se reconozcan. Es por eso que la invitación a un desfile se convierte hoy en objeto de pugna en ciertos ámbitos y obviamente, cuanto más escasa sea la convocatoria, más deseable será; en París se llegaron a pagar miles de euros por una invitación a la despedida de YSL.
Julián Posada

jueves, 25 de agosto de 2011

El vintage

Es ropa usada pero no cualquier tipo de ropa. Son prendas que tienen un mínimo de cuarenta años de antiguedad. Sus telas son nobles, y el trabajo artesanal se nota en ellas por las muy buenas terminaciones que tienen.  Son piezas exclusivas, únicas y sofisticadas creadas por diseñadores de renombre internacional y casas de moda exclusivas (Dior, Chanel, etc.) muy difíciles de encontrar en el mercado, y que generalmente se adquieren en casas especiales. La etiqueta está ligada íntimamente a su valor. Son auténticas inversiones, hay coleccionistas que ofertan fortunas por uno de estos añejos hallazgos. La moda es uno de los campos donde se ha hecho más popular el término. La tendencia empezó hace unos años en los Estados Unidos cuando clientas de la alta sociedad de Manhattan, que buscaban personalizar su atuendo y elaborar un fondo de armario diferente y muy particular, se interesaron por básicos de grandes firmas de alta costura. Esta tendencia hace que todos estos recuerdos del pasado vuelvan a ver la luz e incluso a gocen de la misma consideración que tuvieron en su época de oro.

martes, 26 de julio de 2011

Amigas, y de la moda, también

 En honor al día del amigo ya pasado hablemos de la amistad de moda de Kate Moss y Stella McCartney. Ellas se reúnen a la hora del almuerzo en Londres y son fotografiadas en las afueras del restaurante de lujo Mayfair Wolseley. Sin duda tenían mucho para hablar acerca de la boda de Kate quien se había comprometido y estaba ocupada planeando su ceremonia nupcial. ¿Allí le habrá pedido a su amiga que le diseñe el velo para su vestido? Ese que uso, tan lindo y con un estilo muy romántico como el de los años 20.

domingo, 17 de julio de 2011

Sobre el estilo, la imagen y las épocas

Patti Smith: Aquella era una cultura de mucha homosexualidad, mucha drag queen. Ser entonces travesti, no estaba muy aceptado. Esa gente del Max's Kansas City estaba allanando los caminos del futuro. La crueldad estaba en su vida, en la dureza de su existencia como se ve en las películas de Warhol, cómo a veces vivían en la calle sin dinero, o cómo la gente les insultaba. Aquella era una cultura muy vitalista pero también muy peligrosa. Una inocencia peligrosa. Yo participaba de esta cultura pero iba un poco por libre porque yo lo que quería era ser artista y ser aceptada como tal por mi obra, por mi escritura. Para muchos de ellos su arte era lo que llevaban puesto, su apariencia. Lo cual podía ser hermoso pero era también trágico. Mis objetivos eran distintos.
Periodista: Me divertí mucho al leer en el libro como usted, después de que uno de esos "divinos" hablara despectivamente de su peinado, decidió cortarse el pelo a la Keith Richards, y de pronto su prestigio subió como la espuma. ¡De repente todo el mundo la consideraba!
Patti Smith: Sí, aquello fue increíble. Es el poder de la imagen. Yo iba como había ido siempre, con camisetas y pantalones rotos, y de repente aquello era nuevo y rompedor. Cuando yo vestía como vestía porque no tenía dinero para otra cosa. Mi estilo no era ni pretendía ser una declaración de principios, sólo llevaba lo que había llevado siempre. A mí me divertía y me impresionaba descubrir cuán fácilmente se podía cautivar entonces a la gente a través de la imagen. Creo que eso fue una precuela de los tiempos actuales, cuando la imagen es tan importante. Demasiado importante. Cuando yo era una niña la imagen era una cosa lejana, de Hollywood, de las estrellas de cine. Y poco a poco el rock and roll fue generando otras estéticas que afectaban a todo el mundo, las gafas de sol de Bob Dylan, las camisetas, las chaquetas, etc.

Puntapie inicial

La moda proviene del francés, mode y éste del latín, modus, modo o medida; que indica en su significado más amplio una elección o, mejor dicho, un mecanismo regulador de elecciones, realizadas en función de unos criterios de gusto (ver Bourdieu).
     
El estilo es la presentación característica única de la entidad que lo presenta o es una construcción especial de un arte, producto o actividad.

Sobre él me gusto una frase de los artistas Andrés Rábago, Ops y el Roto:
Si buscas conscientemente un estilo terminas adoptando una careta, un disfraz con el que eres fácilmente reconocible. Concibo el estilo como una búsqueda de ti mismo. Es más lento, no es seguro que lo encuentres, pero en caso de que eso se produzca, el resultado será auténtico. La autenticidad es la transcripción de tu forma de ser.

Y otra de Iris Apfel:

No soy diseñadora, pero soy una buena estilista. Sé que elegir.